Harta.

Por mis quejas, mis depresiones, mis alegrías, siempre son las mismas, igual de estúpidas. Porque me miro en el espejo y siempre veo la misma cara con los mismos recuerdos. Porque me despreciaría si me viese por la calle, y porque me desprecio al verme todos los días.
¿Sabes esas personas que en pequeñas dosis te lo pasas bien, pero en grandes dosis pueden llegar a cansar? Imagínate ser uno de ellos. Vivirte 24 horas al día…

-Ah, bueno, te aseguro que yo no me soportaría ni cinco minutos si no fuera porque soy yo. Pero mira, hay gente que sí que lo hace, así que tampoco está tan mal…

-Hum…, creo que uno mismo es muy duro juzgándose a sí mismo. Y sí, es cierto que algunos pueden llegar a ser insoportables por “cantar la misma canción”, y aún así se les sigue escuchando, porque al fin y al cabo, seguro que un día cambian de tono. Vamos, que no seas tan duro contigo mismo, seguro que hay más de uno que ve otras cosas en ti, mejores de las que te imaginas.

-Yo no me soportaría. De hecho un dibujo hecho por mi en mi carpeta (anti-yo) lo confirma, no me considero fácil y muchísimo menos para aguantarme muy a menudo, y por eso me sorprendo todos los días cuando algunas personas al verme me sonríen e incluso cuando hace mucho que no ves a alguien y pasas mucho tiempo con ella parece más feliz por el hecho de que estas ahí… si hasta te dicen lo felices que les haces!! Es curioso verdad? pero pasa. La gente te quiere donde tú a veces (o siempre esto es según el caso) te desprecias.


“¿Por qué justo a mi tenía que tocarme ser yo?”